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domingo, 27 de diciembre de 2009

Construcción de Años Viejos


















Lunes 28 de Diciembre 17h00 al
Jueves 31 de Diciembre 17h00
Espacio Vacío, galería de arte en construcción
Panamá 202 y Juan Montalvo

Tradicionalmente el monigote o Año Viejo en Guayaquil era hecho por un miembro de la familia que se caracterizaba por tener humor, entusiasmo y buena mano para la costura. Los materiales utilizados eran aserrín y ropa vieja y los niños constituían los ayudantes que más contribuían a la confección.

Dos o tres días antes del 31 de diciembre se lo sacaba a pasear por el barrio. Durante el recorrido, uno de los varones de la familia, el más arriesgado de la parentela, se vestía de viuda, y llorando por la inminente muerte del viejito pedía plata para su quema. Lo recaudado servía para la fiesta, las camaretas y muchas veces para el trago de celebración, que se tomaba por anticipado. Los monigotes podían representar a un personaje de la familia, al político de turno o a personajes de la fauna local. Éstos no eran señalados especialmente por sus virtudes y defectos y tampoco se establecían a través de ellos juicios morales. Los monigotes simplemente podían representar personajes nacidos del acontecer cotidiano. Uno de los atributos que sobresalía, aunque no necesariamente, era que podían ser reconocidos fácilmente al primer vistazo por la familia, los vecinos o el transeúnte común.

La acción de quemarlos marcaba el ritual de desprenderse de todo lo malo sucedido durante el año que terminaba. Antes de quemar el Año Viejo se leía su testamento, escrito en tono de burla, donde el viejo especificaba las "herencias" que dejaba a cada uno de los miembros de la familia, además de oficiar los buenos deseos el año que estaba por llegar. En general, la quema de monigote era un ritual de desprendimiento de lo pasado, válido para empezar un año nuevo, renaciente.

Hoy los Años Viejos son muñecos que se fabrican en serie, con moldes hechos con papel periódico, que en su mayoría representan personajes de caricaturas y artistas de la farándula rosa del medio. El mercado se ha involucrado con la tradición y los niños son el target de los nuevos comerciantes o agentes del mercado. Es para ellos que se producen los muñecos de papel. ¿Sigue siendo ésta una tradición o definitivamente ha desaparecido? ¿Tiene sentido quemar a Michael Jackson o a Bob Esponja o deberían hacerse más Rafael Correa y Jaime Nebot? ¿Es válido el ritual cuando se hace con un muñeco comprado? ¿Ha nacido una nueva generación de escultores guayaquileños dedicados a la fabricación de años viejos?

Juanpablo Ordoñez fabricará esta semana en Espacio Vacío su propia versión del Año Viejo. Están todos invitados: artistas, aficionados, abogados, historiadores, economistas, guayaquileños y extranjeros, etc. para construir su versión o ayudar a otros a hacer la suya, en fin, a participar en este ritual de confeccionar un objeto para ser destruido. Esperamos que mediante esta “construcción/deconstrucción” podamos ayudar a redefinirnos (¿?). 

2 comentarios:

rocio plúas dijo...

las tradiciones nunca se mantienen intactas, se desarrollan, cambian, pierden y adquieren nuevos elementos dependiendo del tiempo y del espacio que les rodea. De dónde nace ésta tradición que los guayaquileños nos tomamos cómo tan nuestra?. Hay muchas tradiciones parecidas a la de los monigotes, pero en contextos diferentes. Me parece que lo importante es que se mantenga viva esta tradición y aceptar los cambios que se van dando, propio del desarrollo, de las nuevas necesidades y de la forma de mirar de sus habitantes.

Espacio Vacío Galería de Arte dijo...

Gracias Rocio por tus aportes, en efecto creo que el cambio de forma no implica un cambio de concepto, el rito se mantiene aun y lo importante es mantenernos conscientes de su existencia/permanencia y lo que su cambios de forma dicen sobre las transformaciones de la sociedad.
Saludos
Valentina
PD. disculpa la respuesta tardía, Feliz 2010!!!